Suele ser muy común que cuando una persona, ya sea para un negocio que se encuentra emprendiendo o ya contando con años en el desarrollo de una actividad empresarial a través de una empresa, les resulta imposible registrar el signo distintivo de su marca porque hay otro que se le parece o se asemeja al mismo y que obtuvo su registro anticipadamente.
Ante una eventualidad de esta naturaleza, la Dirección de Signos Distintivos del INDECOPI rechaza el pedido de registro, aun cuando los signos distintivos no pertenezcan a una misma clase o perteneciéndola, sus semejanzas pueden causar riesgo de confusión en el mercado, según el parecer o criterio que utiliza dicha entidad para el rechazo del registro.
De nuestra experiencia podemos determinar que no necesariamente los signos distintivos similares o semejantes pueden causar riesgo de confusión en el mercado, sino que debemos valorar y considerar otros criterios para alcanzar el registro; ya que podemos estar frente a signos distintivos o marcas que tienen poca relevancia en el mercado, como sucede con las marcas denominadas «Marcas Débiles». Las cuales carecen de mayor trascendencia en el mercado, permitiendo la coexistencia pacifica con otros signos distintivos y que no necesariamente puede causar riesgo de confusión entre los consumidores o usuarios.
Cuando sucede el rechazo del registro, muchos aceptan el criterio o la decisión del INDECOPI, cuando realmente puede ser cuestionado para obtener el registro que tanto se anhela. Si bien la propia decisión de la Dirección de Signos Distintivos del INDECOPI señala que esta puede ser impugnada, muchos prefieren no continuar con el procedimiento.
De ahí nuestra propuesta de buscar una solución contra estos inconvenientes, quizás tú, que estas leyendo este artículo te encuentras en esa disyuntiva: continuar con el procedimiento para alcanzar el registro o resignar tu interés ante el rechazo de la Dirección de Signos Distintivos.
Por eso te proponemos una solución eficaz y eficiente, porque recuerda que «nosotros no practicamos el derecho sino lo creamos.»
