En el contexto de las empresas mineras, el financiamiento de deuda prevalece entre los diferentes métodos alternativos de financiamiento y, ciertamente, el “Project Finance” es una de las formas más utilizadas en la industria.
Un dato muy importante a tener en cuenta es que el Project Finance es un tipo de crédito sindicado específicamente diseñado para los proyectos de gran envergadura, como los requeridos para proyectos mineros.
En términos prácticos, podemos identificar al Project Finance como un sistema de financiamiento que se sustenta básicamente en los beneficios o utilidades resultantes, en la viabilidad del proyecto a financiar, tanto en el aspecto técnico como en el económico. Por tanto, se basa en la capacidad para generar los recursos suficientes, incluso ante escenarios desfavorables, para garantizar el repago de sus obligaciones por sí mismo, ya que la decisión de acometerlo no está sujeta, en términos generales, ni a la capacidad financiera de los promotores ni al valor de los activos del proyecto —que serán garantías.
En la estructura típica del Project Finance, el conjunto de promotores llevará a cabo la construcción de determinado proyecto a través de una Sociedad de Propósito Especial —o forma organizativa similar—, siendo esta la titular de los activos del proyecto. Es decir, se crea una persona jurídica autónoma de responsabilidad limitada, la cual asume los riesgos y responsabilidades.
Cuando el proyecto concluye, la Sociedad de Propósito Especial se encargará de operarlo por un tiempo determinado y recibirá los flujos de caja correspondientes de tal explotación. Para ello, el proyecto debe estar bien definido, ser autónomo y contar con una rentabilidad coherente con los riesgos que se han de tomar. Aquello que perciba la Sociedad de Propósito Especial permitirá que la misma recupere la inversión realizada en el proyecto y, asimismo, obtener un razonable margen de ganancia. Los financistas (aquellos que proporcionan el dinero) solo esperan asumir ciertos riesgos ya que, de lo contrario, este no estaría compensado con la rentabilidad a obtener.
Ahora bien, la Sociedad de Propósito Especial es la forma jurídica independiente en la que se constituyen los accionistas y/o promotores del proyecto con el único y exclusivo objeto de ejecutar y realizar el proyecto. Gracias a esta estructura, los accionistas solo arriesgan en el proyecto lo que aportan como capital, desligando el resto de su patrimonio del éxito o fracaso en la ejecución.
Sin embargo, dado que estamos viendo al Project Finance como herramienta financiera y legal en la industria minera, debe considerarse que dicha herramienta reviste una especial característica por las particularidades del negocio. Es decir, que a diferencia de un financiamiento tradicional que se sustenta en la perdurabilidad de un flujo de caja continuo en el tiempo, el flujo de caja de un proyecto minero no es ilimitado y está circunscrito a la vida útil del derecho minero o de la concesión minera que conforma el proyecto a ser financiado. Así, es habitual que los plazos de vencimiento para el repago del financiamiento a ser otorgado sean más cortos que los establecidos para aquellos financiamientos otorgados en otros sectores económicos.
Los flujos del proyecto y el valor de sus activos aseguran el reembolso de los créditos otorgados por las distintas fuentes de financiamiento. En este sentido, es importante que los flujos del proyecto sean predecibles o casi predecibles, consistentes y continuos.
Los créditos otorgados no afectan los resultados financieros de los patrocinadores, por cuanto son otorgados a la sociedad de propósito especial. Es decir, están fuera del balance de los patrocinadores del proyecto.
Así, vemos que la estructura de un Project Finance busca mitigar los riesgos existentes en cada una de las etapas del proyecto.
A efectos de que el proyecto y su financiamiento sean viables (“bancable”) el Project Finance exige un análisis riguroso de todos los riesgos involucrados para su posterior asignación entre los distintos participantes (sociedad de propósito especial, patrocinadores, Estado, entidades financieras, operador, constructor, proveedores, clientes y compañías de seguros).
Finalmente, debemos señalar que el Project Finance requiere una estructura contractual compleja: contrato de financiamiento, de construcción, de operación, de seguros, contratos de garantías (hipotecas, garantías mobiliarias, fideicomisos, cesión de derechos, etc.), convenio de accionistas, convenios de estabilidad jurídica, contratos con clientes (take or pay), contratos con proveedores, entre otros. Queda claro que el desarrollo y consecución de este tipo de proyecto tiene un alto nivel de complejidad que requiere la interrelación de distintas disciplinas del derecho. Y es en el balance de estas aristas que el especialista en Project Finance se hace fundamental.